Al comentar los no benefactores que está trayendo consigo este 2008, no podemos dejar de lado (a mi parecer) el particular momento que está atravesando el gobierno paraguayo.
Mayoría de discrepancias en la sociedad, sectores económicos muy marcados, periodismo parcialista, entre otros, no hacen más que confundir a los habitantes del territorio guaraní sobre cuál es la situación concreta en la que se encuentra el país. Los "Cien Días" para ver los resultados positivos entran en cuenta regresiva y yo, en particular, noto que las soluciones, si las hay, se tornan problemáticas.
La seguridad en muchos casos es víctima de sus propios serenos; la salud no encuentra más que enfermos en hospitales y clínicas sin medicación y atención suficientes, campesinos sin tierra protestando la falta de ella; peleas que tienen a Itaipú como epicentro, nuevos funcionarios acaparando ministerios, topándose con ya antigüos trabajadores del estado desbancados sin previo aviso provocando un clima de tensión constante en todos lados.
Desde mi punto de vista neutro, observo y siento una política, un gobierno que no termina de definirse, que salen unos, que entran otros. El pueblo puede perder la paciencia y eso se está logrando. No sé quienes son culpables, ni tengo idea de soluciones para ello, pero esta situación puede explotar en cualquier momento. Sea quien fuere que gobierne realmente, tienen que producir resultados URGENTEMENTE. La sociedad reclama, pide ayuda... La sociedad está en crisis.